
LA ANCHOA VIAJERA EN...
Castilla y León
De gran sabor y tradición, Castilla y León atesora una cultura culinaria donde la carne y las materias primas de calidad son protagonistas indiscutibles.
Entre sus platos más representativos encontramos el lechazo asado al horno de leña, los judiones de La Granja, la sopa castellana, y por supuesto, los célebres embutidos y quesos y que forman parte esencial de su identidad gastronómica.
Uno de los bocados más icónicos de la cocina castellana es sin duda, el torrezno, gracias a la combinación irresistible de corteza crujiente y carne jugosa. Un clásico de bares y tabernas cuyo sabor lo catapultó de la cocina tradicional a la alta gastronomía.
Partiendo de esta base, el chef Javier Ruiz ha querido rendir homenaje al torrezno con esta receta atrevida y sabrosa, que une lo mejor de dos mundos: el sabor de Castilla y León con el carácter del Cantábrico: Crujiente de torrezno con anchoa de Santoña. Una deconstrucción elegante del torrezno tradicional, presentada en forma de bocado o montadito gourmet, que reinterpreta la tradición castellana.

LA ANCHOA VIAJERA EN...
Castilla y León

INGREDIENTES
- Filetes de anchoa Pujadó Solano
- Una pieza entera de torrezno de calidad
ELABORACIÓN
- Separa cuidadosamente la corteza del torrezno de la parte magra.
- Fríe la corteza en abundante aceite muy caliente hasta que insufle y se convierta en una base crujiente.
- Corta en dados pequeños la carne del torrezno y fríelos hasta que queden bien dorados.
- Coloca un filete de anchoa sobre cada corteza crujiente y esparce sobre ella la carne del torrezno frita.